Cada año se desperdician en Europa una media de 90 millones de toneladas de alimentos, de las cuales, un 42% es responsabilidad de los hogares. La mayoría de estos desechos se podrían haber evitado realizando cambios en los hábitos de consumo, compra y gestión de los alimentos en el hogar. Sensibilizar a los consumidores sobre las implicaciones económicas, éticas y medioambientales que genera el desperdicio de alimentos es crucial si queremos que nuestras decisiones de consumo marquen la diferencia y eviten el desperdicio.
La campaña #noalcubo tiene por objetivo contribuir a la información y formación de los consumidores para evitar el desperdicio de alimento.